Si bailase como mi alma baila, sería una delicia mirarme.
Bailaría para el mundo.
Como me gustaría moverme como siento que me muevo.
Tuve que venir hasta Lituania, hasta la nieve, hasta esta casa y esta gente, para volver a bailar.
Baile, mal, pero si no hubieran habido espejos, hubiera jurado que me movía con una gracia de serpiente.