
Té para no extrañar a mi abuela
Yo sabía que la abuela iba a morir mucho antes de que pasara. Lo supe ese día en la mañana, cuando mamá me llamó al hotel de paso en el que me había quedado a dormir con mi novio. Contesté
Yo sabía que la abuela iba a morir mucho antes de que pasara. Lo supe ese día en la mañana, cuando mamá me llamó al hotel de paso en el que me había quedado a dormir con mi novio. Contesté
Ahí está, de pie atrás del cristal de la regadera, mirando su cuerpo, distrayendo su mirada de ella, quien recargada en el marco de la puerta lo mira hacer. Ahí está, mirando al piso pero queriendo verla, mirando al frente
Hace unos días murió mi abuelo. Hace una semana. Hace unos minutos tu Nonno dejó de estar con nosotros, escuché al otro lado del auricular. Después: silencio. Tuve que apretar ambas manos contra el pecho para combatir una presencia ajena que
Estás frente a mí, ante el sol del amanecer y agradezco tu compañía que ablanda este recomenzar en retorno. Estás, como una reina pálida, iluminada por este sol que ha llegado poco después de mi tormenta. Tu cara perfilada por
Otoño, digo con la voz que no emite sonidos, y aparecen frente a mi puñados de hojas secas que ha juntado mi padre para que de un salto me arroje a ellas descubriendo como cruje la llegada de una estación
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